Una de las principales causas de tendinitis rotuliana y otras problemáticas en la rodilla, son los disbalances estructurales y/o musculares. En los individuos sedentarios la causa más frecuente suele ser la "sarcopenia" o pérdida de masa muscular por falta de estímulo mecánico, lo que genera inestabilidad en la articulación, desviación de la correcta alineación de la rótula y otro tipo de anomalías que terminan con molestias más o menos intensas. En los individuos activos o deportistas, la problemática suele venir de la mano del disbalance por la utilización intensa y repetida de un recorrido parcial (generalmente los últimos grados de extensión), muchas veces producto de la búsqueda de especificidad con el gesto deportivo, esto genera un desarrollo desproporcionado del vasto externo del cuádriceps y falta de estímulo sobre los isquiotibiales.
La solución en casi todos los casos viene de la mano de proporcionarle al vasto interno y a los isquiotibiales la cantidad de trabajo necesaria para que respondan otorgando simetría y estabilidad a la rodilla.
Las sentadillas y 1/4 frontales consisten en una flexión profunda seguida de una extensión parcial de 1/4 de recorrido, para volver a la posición más profunda y luego sí completar la extensión. Al tener la barra por delante, el centro de masa se desplaza al frente propiciando una postura más erguida y una demanda mayor sobre los extensores de la rodilla. Los responsables de "sacar" el movimiento de la flexión profunda son, fundamentalmente, los vastos internos y los isquiotibiales, por lo que esta insistencia genera un doble estímulo sobre ellos. El movimiento debe ser controlado, llegando hasta la máxima profundidad sin rebotes, sosteniendo uno o dos segundos la posición en el 1/4 de recorrido.
Es necesario trabajar con una intensidad que estimule las fibras rápidas, ya que en los vastos internos predomina este tipo de fibras, por eso recomiendo un rango de repeticiones de entre 3 y 5.
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