* El mantenimiento de la capacidad
funcional.
* Prevenir la osteoporosis.
* Evitar que la sarcopenia.
* Prevenir el dolor de espalda baja
y otras discapacidades.
* Un impacto positivo en la
resistencia a la insulina.
* Un impacto positivo en la tasa
metabólica.
* Un impacto positivo en el
metabolismo de la glucosa.
* Un impacto positivo en la presión
arterial.
* Un impacto positivo en la grasa
corporal.
* Un impacto positivo en el tiempo
de tránsito gastrointestinal.
* Reducir el riesgo de diabetes.
* Reducir el riesgo de enfermedades
del corazón.
* Reducir el riesgo de cáncer.
* Reducir el riesgo de caídas,
fracturas y discapacidad.
* Mejorar la calidad de vida.
Kraemer et al. 2002 hace una lista de beneficios
adicionales, incluyendo:
* Disminución de las demandas
cardiovasculares del ejercicio.
* Mejorar los perfiles de los
lípidos en la sangre.
* Aumentar la masa muscular y el
área del tejido conectivo de la sección transversal.
* Aumentar la fuerza, potencia,
resistencia y la hipertrofia.
Más recientemente, el entrenamiento de fuerza ha demostrado
mejorar:
* Flexibilidad / movilidad (Monteiro et al 2008;.
Santos et al 2010, Aquino et al 2010, Simao et al 2010;... Morton et al 2011;.
Nelson y Bandy 2004)
* Estabilidad articular (Carter et al. 2006, Durall et al.
2009, Nyland et al. 2011)
* Postura de la columna (Katzman et al. 2007)
* El cerebro / la función cognitiva (Liu-Ambrose et al.
2010, Brown et al. 2009, Cassilhas et al. 2007)
* Depresión / factores anímicos (Levinger et al. 2011,
Lincoln et al. 2011, Martins et al. 2011)
* La autoestima (Moore et al. 2011)
Combatiendo el Síndrome Metabólico y el de Fragilidad
Basado en la investigación mencionada, es bastante seguro
decir que el entrenamiento de fuerza ha demostrado mejorar la salud general y
el bienestar. Sin embargo, me gustaría ahondar un poco más en dos síndromes
degenerativos, síndrome metabólico y síndrome de fragilidad. La mayoría de la
población mayor de 50 años que conozco que no hace ejercicio regularmente
presentan muchos de los signos de estos síndromes desagradables. Sundell (2011)
los ha definido de la siguiente manera :
El síndrome metabólico es un
conjunto de factores de riesgo que incluye la obesidad abdominal, resistencia a
la insulina (una disminución de la capacidad para procesar la glucosa), la
hipertensión y la dislipidemia. Esta combinación de trastornos médicos aumenta
notablemente el riesgo de padecer la enfermedad vascular arteriosclerótica. La
prevalencia del síndrome metabólico está aumentando rápidamente en todo el
mundo, en gran parte como consecuencia de la pandemia de obesidad en curso.
El síndrome de fragilidad es una
colección de síntomas o indicadores, principalmente debido a la pérdida
relacionada con el envejecimiento y la disfunción del músculo esquelético y el
hueso. Los sujetos con el síndrome de fragilidad tienen mayor riesgo de eventos
adversos como muerte, incapacidad, y la institucionalización. Los costos del
síndrome de fragilidad se incrementarán dramáticamente en la población de
ancianos que crecerá en la próxima década.
Aquí están las conclusiones del autor en relación con el
entrenamiento de fuerza y los síndromes siguientes:
El síndrome metabólico es un
conjunto de factores de riesgo (obesidad abdominal, resistencia a la insulina,
hipertensión y dislipidemia), que aumenta notablemente el riesgo de enfermedad
vascular arteriosclerótica. En los sujetos con síndrome de fragilidad,
relacionado con el envejecimiento, la pérdida de masa muscular (sarcopenia) y
los huesos (osteoporosis) podría progresar en la medida en que una persona
mayor pierde su capacidad de vivir independientemente. Debido a la pandemia de
obesidad en curso y la creciente población de edad avanzada, los síndromes
metabólicos y de fragilidad son las principales preocupaciones que están
surgiendo en el sistema de salud. Estudios recientes muestran que el
entrenamiento de fuerza tiene notables efectos beneficiosos sobre el sistema
músculo-esquelético incluyendo la prevención y el tratamiento de estos
síndromes. El entrenamiento de fuerza tiene un efecto favorable sobre el
síndrome metabólico, ya que disminuye la masa grasa, incluyendo la grasa
abdominal. También mejora la sensibilidad a la insulina, mejora la tolerancia a
la glucosa, y reduce el valor de la presión arterial. La combinación de la
sarcopenia y la osteoporosis se ve a menudo en el síndrome de fragilidad. El
entrenamiento de fuerza es probablemente la medida más eficaz para prevenir y
tratar la sarcopenia. Además, muchos estudios demuestran que el entrenamiento
de fuerza puede mantener o incluso aumentar la densidad mineral ósea. La
nutrición óptima potencia el efecto anabólico del entrenamiento de fuerza. El
entrenamiento de fuerza debe ser un componente central de los programas
públicos de promoción de la salud, junto con un ejercicio aeróbico.
Extraído
de: Ten Minutes a Day Keeps the Doctor Away: A 5-Set Full Body Program, de Bret
Ccontreras. Traducido por Guido Ferrari.
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